8 de febrero de 2009

Nivel 13: Elythus Brisazul.

El Arúspice Brisazul me contempla, impasible, mientras mi mente comienza a asimilar los hechos: Sirom iba en aquel zepelín, el mismo que fue asaltado; Sirom iba en aquel zepelín, el mismo que se había precipitado al mismísimo abismo. Y Sirom ha muerto.

- Imagino por lo que está pasando, Zharotina – vuelve a hablar el Arúspice -, pero es de vital importancia que responda a una serie de preguntas.

¿Más preguntas? Suspiro, resignada, y me concentro en las palabras del elfo. Poco a poco, mi mente va comprendiendo la situación, las consecuencias, como que no volveré a verle, ni a recibir más cartas; ya no tengo un futuro a su lado. Inspiro e intento calmar la desesperación, que me asalta por segundos; temblando de dolor y de ira, con el corazón encogido, miro al Arúspice. Su expresión, que hace un segundo mostraba compasión, ahora es una mezcla de miedo e indecisión. No me sorprende, imagino cómo deben ser mis ojos en este momento: empañados por las lágrimas, perdidos, opacos… los ojos ambarinos que siempre se muestran dóciles y comprensivos, ahora son duros y teñidos con la suciedad de la indiferencia, absortos en mis oscuros pensamientos, vagando entre las leyendas de mi raza, cuidadosamente escogidas, y empiezo a repasar aquellas que tratan de la pérdida del compañero. De todas, que son cientos las que hablan de la fidelidad y el amor, sólo una confirma que, aquel que ha perdido a su pareja, puede recuperar cierto sentimiento de simpatía hacia la vida. Todas las demás terminan, de una forma menos dramáticas que otras, con el abatimiento y la desesperación de quien lo ha perdido todo, hasta llegar a perder la vida.

- Deduzco que conocía al… finado – titubea el señor Brisazul. Le miro duramente, herida por su poca sensibilidad, y por un instante, pasa por mi mente la gratificante idea de verle muerto en el suelo, en lugar de mi amado, y ser yo la que interrogue a sus familiares de forma cruel e insensible. Agito la cabeza para apartar esos pensamientos tan poco usuales en mí, y controlando mi respiración, intento centrarme y evitar ese tipo de ideas.

- Sí, conozco… conocía a Sirom Stormwalker – consigo contestar.

- ¿Era su pareja?

- Sí.

- Pero no viajabais juntos – insinúa con cierto deje burlón. La fama de las hembras tauren enamoradas y rechazadas nos precede, al parecer, como locas y desesperadas por conseguir el amor de quien no nos desea. Suspiro, agotada.

- Los tauren no necesitamos estar cada segundo del día con nuestras parejas – explico pacientemente -, confiamos el uno en el otro y nos sentimos cuando estamos lejos. No hace falta privar de libertad a la pareja cuando el amor es verdadero.

Se me ocurre una mordaz burla referida a los elfos, pero me muerdo la lengua. No debo empeorar las cosas, me digo, aunque mi cuerpo se tense cada pocos segundos a causa de la impaciencia y la ira.

- Entiendo – afirma, para abandonar ese terreno, y vuelve a sus preguntas - ¿Sabe a dónde se dirigía el cadá… Sirom Stormwalker?

- No.

- ¿Cómo es que usted no lo sabía? – el agente parece querer captar lo que no existe. Mi explicación anterior no va a servirle como respuesta, y me arrepiento de no haberme burlado de los elfos cuando tuve la ocasión. Malditos seres de apetito sexual voluble. Al ver que no respondo a su pregunta, me ataca de nuevo con sus palabras de hielo.

- Pero es extraño que estuviera en un zepelín, dado que los servicios de transporte están cortados en los territorios Horda, porque eso lo sabrá usted, ¿no?

Sí, claro que es extraño, y más teniendo en cuenta que el agresor era un tauren, ¿me toma usted, señor Brisazul, por idiota? No lo digo, por supuesto, pero sé perfectamente que el cadáver del agresor es el mismísimo Sirom.

- Puede que fuera un rehén – dejo caer la posibilidad, intentando eximirle de toda culpa. Que yo empiece a dudar no significa que vaya a profanar su digna memoria de héroe de la Horda, y sin embargo, soy incapaz de pensar que él era inocente.

- Realmente, Zharotina – el Arúspice suspira, simulando un cansancio tras su expectación por encontrar un culpable, y me mira a los ojos con su mirada esmeralda y burlona -, es que creo que era bastante más importante que un rehén.

El sol empieza a ponerse por el oeste, y la conversación con el Arúspice me hace sentir cada vez más incómoda y preocupada, me encuentro midiendo cada una de mis palabras, y mi mente, aletargada por los sucesos, parece ser capaz de predecir las preguntas del elfo antes de que éste las formule en voz alta, lo que me da cierta ventaja a la hora de contestar. ¿Por qué? Quizás porque los tauren, ligados a la naturaleza, podemos leer las expresiones de los demás con acusada certeza, o quizás porque Elythus Brisazul no se molesta en ocultar el regocijo que le produce interrogar, con afiladas preguntas y ofensivas ironías, a un miembro de la Horda. Recuerdo que Sirom me habló de los Arúspices en una carta en la que describía Shattrat, la capital de Terrallende, hogar de los protegidos que prometieron lealtad a los Naaru. Shattrat, que yo no he llegado a conocer, era descrita por Sirom como el foco de luz que luchaba constantemente contra los demonios y las bestias que intentaban atravesar el Portal, y la ciudadela era la resistencia que impedía la catástrofe. Y en ella residen dos facciones, enemistadas por naturaleza y aliadas por la fuerza, conviviendo en un precario equilibrio de aparente estabilidad y una falsa tregua: los Aldor y los Arúspices. Independientes de Horda o Alianza, son los encargados de mantener la paz dentro de los muros que rodean su ciudad, permitiendo la matanza que se desencadena nada más cruzar las puertas de entrada a Shattrat. Y los Arúspices, menos místicos y supersticiosos que los draenei que componen la sociedad Aldor, tenían fama de carroñeros, siempre buscando culpables de algún crimen. Y ahora mismo, uno de ellos está acusando a mi amado y, por añadidura, me acusa a mí también.

- Zharotina, como podrá imaginarse, no estoy acostumbrado a interrogatorios al raso – Brisazul comienza una retahíla de quejas sobre lo incómodo que es tener que soportar el frío del desierto, acostumbrado al lujo de su torre en Shattrat -, pero dado que no tengo motivos para desconfiar de usted, podemos finalizar la conversación con un par de preguntas más, ¿verdad?

Asiento, convencida de que no va a ser tan sencillo responder a las preguntas que tenga preparadas para mí.

- Bien, terminemos con esto – los ojos de Brisazul se endurecen y pierden el característico brillo burlón -. ¿Estaba Sirom metido en algún problema, tenía enemigos o algo parecido?

- Era un héroe de la Horda – reafirmo -, cualquiera en contra de la Horda era su enemigo, señor.

- ¿Insinúa que pudo haber atacado a cualquiera que hablara mal de la Horda? – como temí en un primer momento, Brisazul piensa darle un sentido diferente a mis respuestas. Tengo que estar despierta.

- ¿Sabe usted alguna de las leyes tauren, señor Brisazul? – pregunto distraída.

- Yo haré las preguntas, Zharotina, si no le importa.

- Una de las leyes más importante – continúo, ignorándole – es la de mantener el Honor por encima de todo, esto es, que nunca atacaremos a alguien si eso conlleva la pérdida de nuestro honor y nuestro orgullo.

- También está la ley que permite la venganza. Zharotina, le repito que está usted en un aprieto – la amenaza se hace vigente por momentos -, si su amado Sirom Stormwalker atentó en algún momento contra la neutral sociedad goblin, usted cargará con la responsabilidad dado que, sin duda alguna y siendo su pareja de por vida, estaba al tanto de sus acciones, e incluso puede que le ayudara.

- ¿Por qué dice eso usted? – noto la sangre hirviendo en mis venas.

- Porque encontramos una segunda nota, Zharotina, ¿le gustaría leerla?

Elythus Brisazul, Arúspice de Shattrat, un elfo amanerado y con una mentalidad retorcida, saca un segundo pergamino y me lo entrega, con una estúpida sonrisa de victoria en el rostro, saboreando cada segundo de mi tortura. Desenrollo el pergamino, que estuvo lacrado en su momento, aunque ahora del lacre sólo se conserva un pequeño manchón rojo en el lugar donde se selló la carta. Paseo mis ojos hasta llegar al final, donde Sirom hubo firmado con su caligrafía impaciente y redondeada, con las dos eses mayúsculas que inician su nombre, y al lado, cosida al pergamino, una flor reseca, una flor que sólo he visto crecer en Mulgore.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Zharooo!! Aguanta a ese estupido elfaco T_T!!

Anónimo dijo...

T,T que pueden llegar a ser engreidos ¡dególlale con tus manos de tauren!

Anónimo dijo...

Hola

Somos una pagina de addons con descripciones, links de descarga y guias de configuración y uso en español, poseemos un dominio .es.tl; es modesto, pero acabamos de empezar y estamos en periodo de espansión; nos gustaria llegar a una afiliación con vosotros, asi podriamos darnos publicidad mutua y contribuir unos con otros, aqui dejamos el link (http://wowaddon.es.tl), para que podrais ver la página. Agradeceriamos una respuesta lo más rápida posible.

Un cordial saludo del equipo técnico de WoWAddonsEnCastellano.

Ponganse en contactocon nosotros atraves de:

gussjin@gmail.com
athoar@gmail.com

Anónimo dijo...

Uuuf... XD al fin acabé. Empezé a leer cuando empezaste, el primer capitulo :P (Vi el link en la página oficial creo recordar) Pero no volví a encontrarla hasta hace poco, y me puse a leermelo todo, y acabo de terminar XDD Me encanta como escribes... y me está gustando mucho la historia ^^ Espero que realmente no quede poco, como posteabais por ahí :P

krutus dijo...

Un día dije que no iba a leer tus historias, por mi vagueza con respecto a la lectura, pero visto esto, voy a tener que empezar a leer, gracias por la historia y ánimo! este tauren te apoya!

Anónimo dijo...

Hola

Somos una pagina de addons con descripciones, links de descarga y guias de configuración y uso en español, posamos un dominio .es.tl; es modesto, pero acabamos de empezar y estamos en periodo de espansión; nos gustaria llegar a una afiliación con vosotros, asi podriamos darnos publicidad mutua y contribuir unos con otros, aqui dejamos el link (http://wowaddon.es.tl), para que podrais ver la página. Agradeceriamos una respuesta lo más rápida posible.

Un cordial saludo del equipo técnico de WoWAddonsEnCastellano.

Pueden contactar con nosotros en:

athoar@gmail.com
gussjin@gmail.com

jhernandez74@unab.edu.co dijo...

Buenas,
Solo quería decir que quede fascinado con la historia de Zharotina y con tus otros personajes(Sirom,necrodoom,Kirkhe),y bueno agradecer que el blog todavía este,aunque solo lo halla encontrado asta ahora y bien creo que eso es todo lo que quería decir.